domingo, 25 de diciembre de 2011

Todavía sigo sin entender nada.

Sigo sin entender como puedes cambiar tanto de opinión de la noche a la mañana. Sigo sin entender que no sepas lo mucho que te quiero. Al igual también todo lo que hize por tí. No logro que me entre en la cabeza que hayas olvidado todas esas tardes juntos. Todos esos besos y abrazos. Todas esas palabras. Pero como quien bien dice, las palabras se las lleva el viento ¿no es así? Ojalá mi mundo fuera una gran esfera por la que no corriera ni una pizca de aire. Así, al menos todavía guardaría esas palabras como si las estuvieses diciendo en el momento. Así, al menos todavía se me escaparía una sonrisa cada vez que las escuchara. Pero no es así. Ahora, al recordarlo, lo único que me sale es una lágrima. No lo puedo evitar. Te quiero demasiado y eso de que tú no sientas lo mismo, duele. Pero también tengo otra teoría. Me dejaste porque te volvieron loco, por decirlo de algún modo. Porque te metieron muchas cosas negativas a la cabeza. Y es que la gente puede ser muy puñetera. Pero, ¿que más da lo que digan? a ti no te devería de importar si me quieres de verdad. Si de verdad me quieres, tendrías que luchar no dejarme escapar. Eso de no poder estar contigo me revienta. Yo te quiero, te quiero más cada vez que me fallas. Te quiero más cada vez que me miras y sonríes. Te quiero más cada vez que te veo. Te quiero. ¿Cuántas veces más te lo tengo que decir?

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