sábado, 20 de abril de 2013
Muchas veces me quedo mirando a un punto fijo. Caminando por mi mundo de ilusión, pensado en mis cosas. En ocasiones, pensando como sería mi vida perfecta: sin malentendidos con nadie, sin peleas ni picadas, sin gente falsa, con todo el mundo al que aprecio feliz y yo feliz con ellos. Pero es que eso es imposible. No digo que sea imposible conseguir esas cosas, digo que es imposible conseguirlas todas a la vez porque siempre en algún momento falla una cosa u otra. Pero si hay algo que está claro es que no se puede tener todo. De pequeña, me solían decir que no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita, pero es que esto no me lo puedo aplicar ahora mismo, porque yo estas cosas las necesito, las necesito todas y más. No estoy pidiendo cosas materiales, estoy pidiendo felicidad y una vida algo más sencilla (aunque solo algo, pues se que lo que hace que la vida sea deseable es que tenga sus momentos complicados). Estoy pidiendo algo necesario para estar y pasar bien el día a día. Yo no necesito objetos para ser feliz, solo esa gente que quiero y esas relaciones sin problemas, nada más.
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